El Deportivo Alavés ha firmado esta noche en el Benito Villamarín su primera victoria fuera de casa en LaLiga desde agosto. Los del Chacho Coudet, guiados por un imparable Kike García, han hurgado en la herida de un Betis que acumula tres derrotas consecutivas, dos en la competición doméstica y otra en la Copa, y que vive instalado en un estado de nervios permanente. El equipo de Pellegrini se aleja cada vez más de su objetivo europeo al tiempo que vende futbolistas y no incorpora refuerzos; los vitorianos, mientras, alcanzan los 20 puntos y escapan de los puestos de descenso a los que habían caído ayer tras la victoria del Espanyol. Un triunfo que debe suponer un punto de inflexión en su temporada.
Hablaba en la previa el director deportivo del Betis, Manu Fajardo, de lo “apetecible” que es en el mercado un jugador como el brasileño Antony, por el que negocia. Habrá que esperar aún para saber si logra cerrar su contratación, pero lo que sí está claro es que los verdiblancos necesitan un goleador de manera urgente. Los primeros minutos del partido de esta tarde fueron la mayor evidencia. Porque el partido se le pudo poner muy de cara a los verdiblancos a los dos minutos cuando Fornals, ejerciendo hoy, y muy bien, de acompañante de Cardoso en el doble pivote, lanzó un gran pase para dejar a Vitor Roque solo ante Owono. Pero el brasileño, lento en el control, torpe en la conducción y negado en el remate, desaprovechó una ocasión clarísima.
En el otro área, la antítesis de Tigrinho. El veterano y corpulento Kike García, a la primera que tuvo, puso en ventaja al Alavés. Controló en largo un balón y no lo dio por perdido. Adrián decidió no salir a su encuentro. Bartra no fue capaz de ganarle la carrera. Y después de una gran maniobra lanzándose al césped para evitar que la pelota saliera por la línea de fondo y pisando el área, se frenó para que el central catalán del Betis le atropellara. Penalti clarísimo que el propio delantero de Motilla de Palancar se encargó de transformar, con el portero sevillano, hoy titular, adivinando su lanzamiento, pero no logrando evitar el gol. La diferencia entre tener un nueve decisivo y no tenerlo, óleo sobre lienzo en apenas diez minutos de partido.
El castigo pudo ser aún peor para los de Pellegrini de nuevo con Kike García como protagonista. Con un gran desmarque en carrera, volvió a dejar atrás a Bartra para hacer bueno un pase de Diarra y plantarse de nuevo en el área. Esta vez decidió controlar y recortar hacia dentro, y Marc, en un exceso de ímpetu (o imprudencia, según se mire), le tocó por detrás. Hernández Hernández se llevó el silbato a la boca para pitar penalti, pero rápidamente rectificó e indicó un fuera de juego inexistente. Desde el VAR le advirtieron y fue al monitor a ver la jugada. Pero decidió no pitar pena máxima al entender que el toque de Bartra en la bota de Kike no fue suficiente y que el delantero puso mucho de su parte por dejarse caer. Otra acción que dará que hablar.
Con la vida extra y después de que Adrián evitara el 0-2 en un zapatazo de Tenaglia, el Betis se lanzó a por el empate. Lo tuvo cerca en una contra tremenda en la que Abqar terminó bloqueando y mandando a córner un golpeo de Isco. Y en la jugada desde la esquina, de estrategia, el malagueño buscó a Jesús Rodríguez en la frontal y el canterano, después de controlar, se dio la vuelta y sacó un latigazo raso con su pierna derecha que, tras rozar en un defensa, se fue envenenando hasta tocar el palo y entrar en la portería. Mejor manera de estrenarse como titular en el Benito Villamarín, imposible para el chaval, un futbolista que apunta muy, muy alto.
La roja de Perraud acabó con el partido
Conechny, que tuvo la última de la primera parte rematando fuera de cabeza una falta lateral, fue también quien inauguró la lista de ocasiones desperdiciadas en la segunda mitad: una vez más con la testa, aunque en esta ocasión en un lanzamiento desde la esquina. El Betis, en el intermedio, había tenido que modificar su zaga por algún problema de Sabaly. El senegalés se quedó en el vestuario, y con Bellerín y Ruibal lesionados, le tocó a Bartra pasarse al lateral y a Natan situarse junto a Llorente. Y después de un par de intentos fallidos de Kike García y cuando el Betis parecía estar retomando el control del partido, de una falta a favor de los verdiblancos llegó una acción decisiva para los babazorros.
La lanzó Isco, remató Natan y atrapó Owono. Y el saque en largo de portero ecuatoguineano lo ganó Carlos Vicente de cabeza, que fue derribado aparatosamente por Perraud cuando se disponía a encarar a Adrián. Roja directa para el lateral francés. De poco sirvieron esta vez las protestas béticas insistiendo a Hernández Hernández en que el remate de Natan había sobrepasado la línea de fondo y debió ser saque de puerta para el Alavés. Los de Pellegrini, que reaccionó rápido sacando a Abde del campo, dando entrada a Altimira y reestructurando su dibujo con tres centrales y Fornals y Jesús como carrileros, tenían más de media hora por delante para resistir.
Volvió Marc Roca, más de tres meses después, y entró Mateo, en la segunda reconstrucción del Ingeniero, que no lo veía nada claro. Mientras, su alumno aventajado, Coudet, sólo había hecho un cambio y pensaba muy mucho si era necesario o no tocar algo. Y en medio de la indecisión, una horrible entrega de Abqar la aprovechó Isco para robar el balón y plantarse solo ante Owono. El de Arroyo de la Miel intentó el regate para marcar a placer, pero el portero del conjunto vitoriano lo adivinó y sacó una mano prodigiosa para evitar el 2-1. El susto activó al técnico argentino, que ahora sí, buscó un once más ofensivo. Kike García rozó el gol en un disparo que bloqueó Bartra. Y a la siguiente, no perdonó…
Centro desde la derecha del ataque babazorro, mal despeje de Altimira, balón que controla Carlos Vicente y de nuevo Kike, con un potentísimo zurdazo ajustado al palo, la manda a la red. Había tenido paciencia el Alavés para buscar su momento y lo había encontrado ante un Betis desquiciado, sin ideas, con una plaga de lesiones que no cesa y en un estado de nervios incomprensible. Para los de Pellegrini, que no ganan en Liga en casa desde octubre, el partido sólo podía ir a peor. Y así fue tras un centro de Carlos Vicente que otra vez Kike García, ahora de cabeza, mandó a la red para firmar su hat-trick, la primera victoria fuera de su equipo desde agosto, el primer triunfo de Coudet con el equipo y el aplauso del Villamarín al ser sustituido. La bronca fue para un Betis que no levanta cabeza y más que a Antony, necesita laterales, centrales, pivotes…