No entierren al Valencia todavía

El Valencia se entregó a un ejercicio de resistencia descomunal y agotador. En el césped y en la grada, que vibró como en los buenos tiempos y que empujó a su equipo al tercer triunfo de la temporada. Empezó el partido ante la Real a siete puntos de la salvación y recortó tres con una victoria que fue puro sufrimiento. Tras el tanto inicial de Hugo Duro, los de Imanol gobernaron el partido, pero se encontraron ante un muro ambiental, y frente una defensa, colosal. No entierren al Valencia todavía, por lejos que lo vean de la salvación.

Los dos equipos empezaron perdonándose la vida, como devolviéndose un favor que no se esperaban. Al remate de cabeza desviado de Diego López, cuando estaba solo en el área pequeña, respondió Oskarsson chutando fuera con la derecha un gran servicio de Becker desde la banda. Hugo Duro también se excedió en su intuición cuando dejó pasar un balón en el área pensando que Rioja le seguía para rematar.

Imanol esperaba que el Valencia martilleara las bandas y allí que se protegió con Zubeldia, Aguerd y Pacheco en el centro de la defensa, con Aritz y Javi López como carrileros para obstaculizar los pasillos. Con lo que no contaba el equipo txuri urdin -ni casi nadie en Mestalla– era con que un disparo defectuoso de Foulquier se convirtiera en asistencia a Hugo Duro. El delantero apareció en el segundo palo para batir por bajo a Remiro.

Y a partir de ahí, el equipo blanquinegro empezó a combatir contra su propia inseguridad, la que le ha llevado a ser el equipo de Europa al que más le remontan (21 puntos). Y la Real empezó a quedarse el balón y a llevarlo a donde quería. No marcó de milagro en una jugada con varios remates y rebotes dentro del área. Y nada más comenzar la segunda mitad, Brais Méndez rozó el empate con un disparo que se marchó cerca del poste.

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La entrada de Kubo y Barrene convirtió el partido en un monólogo realista. Otra vez Brais se plantó en el área tras una larga jugada visitante, pero el disparo del gallego se marchó alto. Al Valencia le quedaba al recurso de las contras. Y pudo sentenciar en el 70′ tras un pase rompelíneas de Gayá: pero Remiro despejó a córner el disparo de Hugo Duro.

Los últimos minutos fueron casi un tormento para Mestalla. Pero el equipo local sudó sangre para defender los tres puntos con uñas y dientes

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